Rosario Castellanos
- Mony Esquivel
- 30 ene 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 feb 2023
Una de las escritoras mexicanas más reconocidas a nivel nacional e internacional. Rosario Castellanos fue una mujer feminista, reflejando en sus poesías y ensayos la condición femenina de muchas mujeres, es por ello que su vida fue como espejo de las mujeres de su tiempo mediante la expresión de la dualidad aceptación-resistencia de lo regido por la figura ideal y del universo de lo inmediato.

¿Quién es Rosario Castellanos?
(Ciudad de México, 1925 - Tel Aviv, 1974) Narradora y poeta mexicana, considerada en este segundo género la más importante del siglo XX en su país. Durante su infancia vivió en Comitán (Chiapas), de donde procedía su familia. Rosario Castellanos cursó estudios de letras Universidad Nacional Autónoma de México; por esos años se relacionó con literatos como Jaime Sabines, Ernesto Cardenal y Augusto Monterroso. En Madrid complementaría su formación con cursos de estética y estilística.
2 poemas de Rosario Castellanos que tienes que conocer
Poesía no eres tú
Porque si tú existieras Tendría que existir yo también. Y eso es mentira.
Nada hay más que nosotros: la pareja, Los sexos conciliados en un hijo, Las dos cabezas juntas, pero no contemplándose (para no convertir a nadie en un espejo) Sino mirando frente a sí, hacia el otro.
El otro: mediador, juez, equilibrio Entre opuestos, testigo, Nudo en el que se anuda lo que se había roto.
El otro, la mudez que pide voz Al que tiene la voz Y reclama el oído del que escucha.
El otro. Con el otro La humanidad, el diálogo, la poesía, comienzan.
Agonía fuera del muro
Miro las herramientas, El mundo que los hombres hacen, donde se afanan, Sudan, paren, cohabitan.
El cuerpo de los hombres prensado por los días, Su noche de ronquido y de zarpazo Y las encrucijadas en que se reconocen.
Hay ceguera y el hambre los alumbra Y la necesidad, más dura que metales.
Sin orgullo (¿qué es el orgullo? ¿Una vértebra Que todavía la especie no produce?) Los hombres roban, mienten, Como animal de presa olfatean, devoran Y disputan a otro la carroña.
Y cuando bailan, cuando se deslizan O cuando burlan una ley o cuando Se envilecen, sonríen, Entornan levemente los párpados, contemplan El vacío que se abre en sus entrañas Y se entregan a un éxtasis vegetal, inhumano.
Yo soy de alguna orilla, de otra parte, Soy de los que no saben ni arrebatar ni dar, Gente a quien compartir es imposible.
No te acerques a mi, hombre que haces el mundo, Déjame, no es preciso que me mates. Yo soy de los que mueren solos, de los que mueren De algo peor que vergüenza. Yo muero de mirarte y no entender.
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